lunes, 18 de noviembre de 2013

Origen
Se desconoce el origen exacto del manzano, aunque se cree que procede del cruzamiento y selección de varias especies de manzanos silvestres europeos y asiáticos.
Según Ponomarenko es “Malus sieversii”, una especie de manzano silvestre que crece de forma natural en las regiones montañosas de Asia media, podría ser esta especie de la que se habrían originado, hace 15.000-20.000 años, las primeras razas cultivadas de manzano.
Malus domestica o manzano se cultiva desde hace más de 15.000 años, su origen parece ser el Cáucaso y las orillas del Mar Caspio. Fue traído a Europa por los romanos y en la actualidad existen unas 1.000 especies, como resultado de diferentes hibridaciones entre especies silvestre
La manzana es la fruta más famosa y una de las más antiguas. Es posible que fuera uno de los primeros frutos en consumir el hombre en forma silvestre y uno de los primeros en cultivarlo. Ya existía en el Paraíso (Eva ofreció a Adán una manzana) el libro del Génesis nos lo cuenta. Sea o no cierta la historia de la manzana de Eva, lo que sí es verdad, es que la manzana es previa al Paleolítico y durante este periodo los movimientos migratorios del hombre la difundió por todos los sitios.
La manzana “se considera indígena de la región limitada al norte con las montañas del Caucáseo meridional, al sur con la parte norte del Irán, por el este con el Mar Caspio y por el Oeste con Trevisonda en Turquía sobre el mar Negro.  Entre esos límites se encuentran los estados de Georgia, Azerbaiján, Armenia, Azerbaiyán, la parte correspondiente al Norte de Irán y la zona Este de Turquía”.
Historia: La Arqueología ha permitido saber que en la Edad de Piedra, y en Europa Central, se consumían las manzanas frescas y desecadas al sol. Un poco más acá en el tiempo, esta fruta aparece mencionada en los primeros escritos egipcios y chinos; en la Biblia (586 a.c), Código de Manú (siglo V a.c.); en la “Historia de las Plantas” del griego Teofrasto (300 a.c); en obras de botánica hechas por romanos (Varrón Marco Terencio y Plinio Segundo Cayo), las cuales nos cuentan que el Imperio también fue difusor de este fruto en las regiones que conquistó.
Según cuenta el texto citado, pese a su origen salvaje, durante la Edad Media, la manzana fue cultivada y consumida por las clases sociales acomodadas: “Desde sus inicios en Europa, este cultivo era exclusividad de los monasterios y de la nobleza, quienes ubican sus huertos en lugares aislados como pantanos drenados o laderas de colinas. Con posterioridad lo heredan los lores, agricultores y ciervos llegando en siglos más recientes a extenderse y formar huertos comerciales.
“Con los primeros colonizadores llega al Nuevo Mundo, aunque existen informaciones de haberse encontrado evidencias de esa fruta en restos de colonias vikingas halladas en Groenlandia y Canadá, que datan de más de 400 años antes del descubrimiento de América por Colón”.

El origen de la palabra “manzana” en castellano

Los textos literarios atestiguan mançana desde el Cantar de Mio Cid. En la razón de amor, su desconocido autor vio venir una doncella que entre otros primores tenia “cara fresca como la mançana”. En los Milagros de Nuestra Señora, cuenta Berceo que los diablos cogieron por las sienes el alma de un pecador.
La denominación actual de manzana, es también antigua. Es propia la palabra de las lenguas centrales y occidentales de la Península. En otras lenguas romances la manzana se designa con terminos derivados del latin “pomum” que se aplica a todas las frutas con hueso o pepita.

En castellanos, leonés y gallego-portugués, se prefirió la forma latina también plural que se usaba para referirse a una especie particular de manzana. Se decía “mala matiana” según Plino, a una variedad de “ mala” que adoptó ese adjetivo de honor de un escritor latino, tratadista de agricultura, Caius Matius, coetáneo de César. Renunciando a decir “mala”, se usó el adjetivo aislado. Y así, “matiana” resultó “maçana” y en fin manzana.

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